La energía utilizada para la calefacción y refrigeración representa alrededor del 50% del consumo total de energía en el mundo. De esta cifra, casi la mitad se consume para calentar edificios. Y la mayor parte de la energía utilizada se obtiene de combustibles fósiles. Si bien las medidas de eficiencia energética en los edificios pueden contribuir enormemente a reducir las emisiones de la calefacción y la refrigeración, sigue habiendo una gran demanda de alternativas de calefacción con bajas o nulas emisiones de carbono.

Últimamente, los representantes de la industria del gas y la calefacción han promovido el hidrógeno verde como solución clave para sustituir al gas fósil en la red de distribución. Aunque hay muchos usos finales legítimos, actuales y futuros, para el hidrógeno verde, ¿existen pruebas que justifiquen la calefacción de edificios con hidrógeno?

Este artículo analiza diversos análisis independientes sobre el uso del hidrógeno para calentar espacios interiores y para el uso de agua caliente. Se incluyen un total de 32 estudios realizados a escala internacional, regional, nacional, estatal y municipal por un amplio abanico de entidades, como universidades, institutos de investigación, organizaciones intergubernamentales y consultoras. Ninguno de los 32 estudios, mediante el análisis de las pruebas, avala el uso generalizado del hidrógeno para calefacción. Por el contrario, la investigación independiente existente hasta el momento sugiere que, en comparación con otras alternativas como las bombas de calor, la energía solar térmica y la calefacción urbana, el uso del hidrógeno para la calefacción doméstica es menos económico, menos eficiente, consume más recursos y está asociado a un mayor impacto medioambiental.